Dos conductores intentaron paralizar el servicio de transporte Bowí en Chihuahua como protesta contra condiciones laborales. Los choferes abandonaron sus vehículos frente al Palacio de Gobierno, intentando incitar a una huelga generalizada.

La rápida intervención de las autoridades evitó mayores trastornos, resultando en el despido de los activistas involucrados. La pronta reacción gubernamental aseguró la continuidad del servicio para los usuarios.