En Chihuahua, la violencia del crimen organizado ha resultado en la muerte de 14 policías estatales desde 2018.

Estos ataques reflejan una creciente amenaza a la seguridad pública.

Los ataques más graves ocurrieron en localidades como Bocoyna y Ciudad Juárez, donde emboscadas con armas de alto poder han cobrado vidas y dejado heridos.

En un incidente en Bocoyna, cuatro agentes fueron asesinados con granadas y disparos.

En Ciudad Juárez, dos policías fueron atacados mientras escoltaban cadetes.

Las autoridades han detenido a varios agresores vinculados a grupos criminales, pero la amenaza persiste, subrayando la necesidad de mejorar la coordinación y protección policial.